UNA VIRULENTA DIATRIBA

Publicado el 17 del 04 de 2021



UNA VIRULENTA DIATRIBA

 

 

Hace casi un año que escribí el último artículo. Sencillamente no me apetecía, pero no hay como escuchar  una colección de tonterías para estimularse y sentarse ante el ordenador.

Antes de que continue usted leyendo tengo que avisarle de que soy la persona más políticamente incorrecta que imaginarse pueda. Hablaré sobre tres temas que no tiene nada que ver el uno con el otro.

 

 

EL TONTO DE OXFORD

 

He leído una noticia que dice que un profesor de la Universidad de Oxford propone “descolonizar” la música y diseñar un programa de estudios “menos europeo y  menos blanco”. Espero que se trate sólo de un único profesor con la capacidad de raciocinio alterada o quizás de un mediocre indecente con ganas de publicidad. Espero que sólo sea uno. O mejor: que sea una “fake news”, como dicen los cursis aborregados.

 

La música europea de los últimos siglos, pongamos del XV al XX, es inmensamente superior – sí, superior -  a cualquier otra tradición musical de cualquier época en cualquier otro lugar del mundo. Ni China, ni India, ni África... ni nada. El nivel alcanzado en lo técnico, en la capacidad expresiva, en lo espiritual , la riqueza del lenguaje en  todos los aspectos, la variedad de géneros y de instrumentos, la cantidad de obras, etc ... no se puede comparar ni de lejos con otras músicas.

 

Esto tiene un motivo, por supuesto; no es que los blancos europeos seamos genéticamente superiores en lo que se refiere a la música, naturalmente que no. Es,  por una tradición en la que,  entre otras razones, son fundamentales la invención  de un modo de escribir la música y especialmente la cultura cristiana, tanto la católica como la protestante y la ortodoxa. En cada pequeño pueblecito de los principados alemanes había un maestro de capilla con su pequeño órgano, su pequeño coro y sus pequeños feligreses. Sigues en esa línea durante muchos, muchísimos años y se forma un sustrato musical que favorece que un buen día aparezca un señor que se llama  Bach, y después otro que se llama Beethoven. También contribuyeron las monarquías absolutistas, que - con todas sus deficiencias e injusticias terribles - tenían la buena costumbre de contratar a los músicos más excelsos lo que daba mucho prestigio a la música. Pensemos en Felipe V de España, rey denostado por algunos ignorantes, que tenía en su corte a Scarlatti y a Farinelli. La nobleza hacia lo propio. Si no fuera por el Archiduque Rodolfo o por el Príncipe Lichnowsky, Beethoven no comía; y si no comes no puedes componer cuartetos. La época era así. Es una estupidez juzgar a la gente del pasado con los criterios actuales. Cualquier historiador no politizado y no amamantado por el régimen de turno lo sabe.  Más tarde el desarrollo de la burguesía jugó un papel fundamental.

 

En otro párrafo de la noticia dice que  “las habilidades como tocar el piano o dirigir orquestas se centran estructuralmente en la música europea, lo que causa una gran angustia en algunos estudiantes de color”. No me parece que pianistas negros geniales como Art Tatum y Oscar Peterson estuvieran muy angustiados con la música clásica occidental; todo lo contrario. 

A su vez ellos eran muy admirados por artistas clásicos. Tatum era reverenciado por Horowitz, Rachmaninoff, Gershwin y Rubinstein  y a Glenn Gould le chiflaba  Peterson.

Ya que estoy aquí diré algo sobre el hecho de decir “de color” en lugar de negro. En español “negro” no es un término despectivo como sí lo es en Estados Unidos donde inventaron eso de “colored people” o “person of color”.  Louis Armstrong era negro y yo soy blanco, no soy “descolorido”.  “Moro” tampoco es despectivo en español. Es un galicismo, del francés Mauritanie, pronunciado “moritaní” . Es una persona natural del extremo noroeste del continente africano, lo que ahora es Marruecos, la antigua provincia del Sahara, Túnez y Argelia, más o menos la antigua Mauritania Tingitana del Imperio Romano. Un señor nacido en Egipto no es un moro, es un egipcio y otro de Arabia Saudí tampoco es un moro, es  un árabe. No confundir moro con musulmán. Hay musulmanes europeos (Bosnia, Kosovo...) y también  en Indonesia; y perdón por las obviedades.

 

En otra parte del artículo dice que el imbécil de Oxford propone reducir el enfoque sobre compositores como Mozart y Beethoven para alejarse de la “ música europea blanca del periodo esclavista “. También propugna un enfoque más ligero sobre el sistema de notación occidental ya que se trata de un “sistema de representación colonialista”.  Aquí la necedad ya excede todos los límites . Por eso espero que se trate de una noticia falsa; de verdad que lo espero. En cualquier caso estoy seguro de que el memo va a tener seguidores por aquello de la “cretinización general progresiva “ que decía Josep Pla. También me recuerda la frase del empresario circense del siglo XIX, P.T Barnum, un individuo sin escrúpulos pero muy listo: “en el mundo cada minuto nace un tonto”.

Europa intentó suicidarse dos veces a través de las armas durante el siglo XX, ahora parece que lo está intentando otra vez pero a través de las ideas.

 

 

LA CARICATURA DEL FEMINISMO

 

Una recomendación: lean la autobiografía de Stefan Zweig “El Mundo de Ayer”. Es magnífica. En este libro aparece la siguiente frase: “Nada hace retroceder más fatalmente el efecto de una idea productiva que su exageración”.

Esto me recuerda a algunas feministas. Que los hombres y las mujeres deben tener los mismos derechos (y obligaciones) , que el hombre no es superior a la mujer, ni tampoco la mujer al hombre, que somos distintos pero complementarios y de igual valía y que debe corregirse cualquier desigualdad es de sentido común, obvio, se cae por su propio peso, es un hecho biológico incuestionable. Pero luego vienen las estupideces: el lenguaje inclusivo, la discriminación en sentido opuesto, las performances grotescas...

Después de lo de  miembros y “miembras” ¿Vamos a decir ahora las pianistas y los pianistos ? ¿Las violinistas y los violinistos ? ¿Verdad que no? ¿Hace falta explicarlo?

 

Unos años atrás salieron por televisión dos enfermas mentales diciendo que en las granjas los gallos violaban a las gallinas, mientras espetaban esta bobada iban estrellando huevos contra el suelo. Las pobres gallinas estaban consternadas.

También recuerdo una noticia sobre la que montaron un pollo porque aparecían unas chicas en traje de baño en el borde de una piscina y un tipo pasaba por delante de ellas empujándolas al agua hasta quedarse con una, supongo que la que le parecía más guapa. Las chicas se partían de risa. ¡ Era un juego ! ¿Hubieran vociferado igual si hubiera sido  una señora arrojando a la piscina a  unos chicos guapos? No, ¿verdad?

Algo que ha ocurrido con algunas de estas feministas hipertróficas es que han perdido completamente el sentido del humor, lo que las convierte en unos seres francamente desagradables.

Hoy, un amigo me ha contado que acababa de facilitarle el teléfono de una ex-alumna mía a un organizador de ciclos de conciertos. Ya habían cerrado una programación en la que, como es natural, había intérpretes femeninos y masculinos. Pero entonces han intervenido los políticos diciendo que tenía que haber como mínimo un 70 por ciento de mujeres y se han tenido que hacer cambios. ¿Se imaginan si el despropósito hubiera sido al revés?

 Yo he escuchado en los camerinos del Auditorio de Madrid el siguiente diálogo entre dos agentes de conciertos, muy modernos y progresistas ellos:

 

- Oye, tenemos que poner alguna tía más en el ciclo.

 

-Vale, pero que esté buena ¿eh?

 

No es algo que me hayan dicho. Yo lo he visto.

 

 También hoy, casualmente, otro amigo me ha dicho que en el colegio de un adolescente familiar suyo, han organizado una especie de ceremonia en clase en la cual los chicos han pedido perdón a las chicas por el patriarcado histórico y por la secular discriminación de la mujer, no sé si remontándose al  Australopithecus Afarensis.

 

Conozco a muchas mujeres inteligentes y admirables. La práctica totalidad  censuran estas exageraciones ridículas y risibles. Alguna hay un poco abducida, pero son casos poco graves.

 

 

LA INQUISICIÓN 

 

Para continuar con mi nula corrección política voy a hacer una defensa del Santo Oficio de la Inquisición. Un antepasado mío por línea directa era miembro de la Inquisición. Es por eso que me ha interesado el tema. Tengo en casa,  colgado en la pared en un lugar de honor, su título de pertenencia a la institución. Es un documento antiguo y muy bello.

 

 

 

Para empezar: el 99 por ciento de lo que han escuchado durante toda su vida acerca de la Inquisición es mentira.

Joseph Goebbels, un personaje verdaderamente maligno pero muy inteligente, dijo que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Es exactamente eso lo que ha ocurrido con la Inquisición.

Esta distorsión de la historia fue promovida desde el siglo XVI por la bien conocida “leyenda negra”. Es normal; había que combatir al principal imperio de la época y utilizaron todas las armas disponibles, principalmente la propaganda, ya que con los ejércitos no podían. Holanda e Inglaterra capitanearon esta campaña a la que se añadió buena parte de Europa. La “leyenda negra” ha perdurado hasta el momento presente. España nunca se ha defendido e incluso los españoles mismos se la han creído, acomplejados desde la época de la Ilustración y con la colaboración de los “afrancesados”, a quienes les parecia muy “chic” ser anticatólico y echar pestes de los Habsburgo, ya que en ese momento en España reinaban los Borbones (y siguen reinando).

 

La Inquisición fue fundada en 1478 por los Reyes Católicos. Su primer Inquisidor General fue el dominico Tomás de Torquemada; ese período fue el más violento. Se reprocha a Isabel la Católica que en 1492 expulsase a los judíos, y no es que eso estuviera bien, pero hay que recordar que a los judíos ya los habían expulsado del resto de Europa hacía mucho tiempo, a excepción de Portugal que lo hizo cinco años más tarde. La Reina Isabel incluso recibió una carta de la Sorbona de París felicitándola por su gesto. En los reinos de Castilla y Aragón los judíos tuvieron la oportunidad de quedarse si se convertían al catolicismo, lo que muchos hicieron, mientras que en otros países no tuvieron esta ventaja. En esa época la intolerancia religiosa estaba generalizada, al igual que la pena de muerte y la tortura. Todo eso ahora nos escandaliza pero, como ya he dicho, no hay que juzgar a los hombres y a las  mujeres del pasado con los criterios actuales. Es un error garrafal. Si está usted pensando si entonces no podemos juzgar el holocausto nazi, ¡pues claro que podemos! porque esa época ya pertenece a nuestro mundo. En los años 30 y 40 del pasado siglo vivían nuestros padres, abuelos y bisabuelos y la sociedad tenía unos valores, a grandes rasgos,  próximos a los actuales por lo cual la barbarie nazi se nos aparece como una monstruosidad diabólica; aunque habría que recordar que en los campos de concentración de Stalin hubo muchísimos más muertos. A los que hay que añadir los millones de asesinados por Mao Tse Tung , Pol Pot,  Ceaucescu y otros capos comunistas.

 

La fuerza con la que está enraizada la leyenda sobre la Inquisición es poderosísima y la convierte en  prácticamente indestructible. Películas , novelas y obras de arte la han multiplicado por doquier. Hasta el bueno de Goya se tragó el cuento. Una encuesta entre universitarios europeos reveló que un gran tanto por ciento de ellos creían que Galileo Galilei fue torturado y condenado a muerte por la Inquisición española.  Nada más lejos de la realidad; fue juzgado en Italia y condenado a arresto domiciliario y a recitar los siete Salmos Penitenciales una vez a la semana. A los tres años anularon la condena y Galileo murió tranquilamente en su cama a una edad avanzada. Por cierto lo de “E pur si muove” no lo dijo nunca. Es otra leyenda.

Con el aragonés Miguel Servet pasó algo parecido. Servet sí que fue condenado a la hoguera , pero lo fue en Suiza, una  ejecución instigada por el despótico y criminal  Juan Calvino, enemigo personal del científico y teólogo.

 

Les daré algunos datos que pueden ser aclaratorios:

 

1. La Inquisición no condenó jamás a un solo judío ni a un solo musulmán porque no tenía jurisdicción sobre los no bautizados. A quien si condenó fue a “judaizantes” y a moriscos, personas que supuestamente se habían convertido pero que  en realidad seguían practicando su religión a escondidas.

 

2. En 350 años de Inquisición hubo unas 3000 ejecuciones según los más prudentes  y 8 o 9.000 según otros; 200 o 300.000 según la leyenda negra. En cuanto a las brujas, solo aplicaron la pena capital a 59 de ellas (29 en otras versiones). Mientras que en Alemania quemaron a 25.000 en mucho menos tiempo, y no digamos en Inglaterra. En una sola jornada, la  aciaga Noche de San Bartolomé en Francia,  se asesinó - por supuesto sin juicio y sin ningún tipo de garantía -  a más gente que en toda la historia de la Inquisición española.

 

3. Las brujas que ejecutó la Inquisición fue por delitos que hoy en día también serían castigados, aunque no con la pena de muerte, por supuesto. Secuestrar, matar y sacarle la grasa a un bebé para elaborar sus filtros y ungüentos, por ejemplo.

 

4. Los últimos países en quemar brujas fueron Polonia y ¡la civilizadísima Suiza!, nada menos que a finales del siglo XVIII , en plena Ilustración.

 

5. En cuanto a la delación anónima era para - en caso de absolución - evitar las venganzas. Si se acusaba falsamente se aplicaba al denunciante la misma pena que hubiera sufrido el denunciado si hubiesen sido ciertos los cargos. Así que la gente se lo pensaba mucho antes de señalar a alguien.

 

6. Muchos delincuentes comunes blasfemaban y se decían inspirados por el Diablo para que les trasladaran a un tribunal del Santo Oficio, el cual ofrecía muchas más garantías para el reo.

 

7. Los instrumentos de tortura que se pueden ver en algunas siniestras y engañosas exposiciones diseñadas para turistas catetos y morbosos, puede que se utilizasen en épocas medievales pero no en la Inquisición española que, en cambio, es verdad que hizo uso del potro y del ahogamiento con agua. El tormento se aplicó sólo en el dos por ciento de los casos,  no podía durar más de 15 minutos y se hacía con un médico  presente. Recordemos que la tortura era la norma  y que  en otros sitios se ejercía sin tantos “miramientos”.

 

8. La mayor parte de los juicios se resolvían con una multa , unos azotes, o la absolución.

 

Y lo mejor de todo:

 

9. Si te arrepentías sinceramente de tus actos y renegabas de tus creencias te conmutaban la pena. El arrepentimiento tenía que ser tan sincero como para convencer a los inquisidores, pero ocurrió muchas veces.

 

El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición es algo que ahora condenamos y lamentamos, pero la Inquisición en España fue la menos letal, la menos sádica y la menos injusta de todas. Por suerte los inquisidores eran unos grandes burócratas y lo apuntaban todo; hay algunos historiadores que se han molestado en ir a los archivos y comprobar los datos. Sin embargo , por mucho que algunos intentemos corregir el error histórico seguramente no habrá nada que hacer y la gente no cambiará de idea. Es curioso la cantidad de personas que , involuntariamente, dan la razón a Goebbels.

 

 

 

Espero volver pronto a mis artículos sobre música, más difíciles de escribir pero más saludables e inocuos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Mis últimos artículos


flecha